A lo largo de los siglos, el hombre ha modelado la belleza de este territorio a ritmo lento, enriqueciéndolo con terrazas plantadas con olivos, bosques fructíferos, dibujando paisajes agrícolas entre los paisajes naturales del bosque.
En los dos lados de la montaña todavía están activos algunos de los numerosos molinos de aceitunas y castañas. Se conservan testimonios de usos agrícolas en el pequeño museo de cultura rural "La Ruota" San Leonardo en Treponzio y en el Museo Atenea de Capannori.
Los fragmentos de hueso y los artefactos del Paleolítico Superior son la evidencia más antigua de la presencia humana. Los fabricantes de bucchero negro indican la presencia de poblaciones etruscas, topónimos latinos de muchos países y rastros de la centuria de la llanura circundante, la de los romanos.
En la época lombarda los bosques umbríos y las cuevas naturales eran el lugar ideal para acoger a los primeros ermitaños y a los que elegían la vida contemplativa en las numerosas ermitas donde se dice que también se quedaron San Agustín y San Francisco y construyeron pequeñas iglesias e iglesias románicas, construyeron pueblos y castillos que aún salpican el relieve y la llanura inmediata. Más tarde, las monumentales villas que albergaban a las familias aristocráticas de Pisa y Lucca en sus fincas.
De los grandes complejos conventuales quedan al pie de la montaña, en el lado de Lucca, el gran edificio de la Badia di Cantignano de origen antiguo, ya un refugio a lo largo de la Vía Francigena y en el lado pisano la Certosa di Calci, que domina la pequeña ciudad, que alberga un famoso Museo de Historia Natural y el Museo Nacional de la Certosa.
El principal sabor de esta montaña es ciertamente el del aceite de EVO. La variedad del suelo y la exposición, se aprecian en la variedad de sabores y matices de color del aceite producido en estas zonas, el resultado del procesamiento y la aplicación de tecnologías a los cultivos respetuosos con el medio ambiente. Las aceitunas todavía se recogen a mano, ni muy verdes ni muy maduras, en el punto en que el color cambia de verde a negro y se prensan en 24 horas. El sabor de este aceite es afrutado, dulce y picante, el color es amarillo dorado o verde dependiendo de la zona de cosecha, siempre ha sido apreciado en las cocinas internacionales. Los modernos molinos de aceite, con la ayuda de la tecnología aplicada a los conocimientos antiguos, prensan "a freddo", es decir, manteniendo durante el proceso una temperatura baja que permite conservar intactos los preciosos elementos de este alimento, tratan de creer la sopa en el molino.
Junto al más mediterráneo de los sabores, el té. En el vivero Cattolica, crece el primer té italiano, llegado aquí desde China junto con otras hermosas camelias que adornan los parques y jardines del Compitese, un pequeño valle en el lado de Lucca.
Los colores de la artesanía son los colores vivos y festivos de la cerámica de Vicopisano. También en este caso la habilidad manual, la pasión y la paciencia son los elementos que taxiforman la tierra en los artefactos artísticos. El uso doméstico es el que prevalece: jarras, otriums, platos, vajillas varias... Desde la simple fabricación de los primeros hornos del siglo XVI este arte se ha ido refinando y enriqueciendo a lo largo del tiempo con decoraciones coloridas y complejas donde el elemento natural de las frutas y flores se asocia con cintas y ricos pergaminos y acompaña alegremente a las mesas de cada día.