A principios del siglo XIX, la princesa de Lucca, Elisa Bonaparte Baciocchi, emprendió un programa de renovación de la ciudad, sacrificando talvez espacios históricos en favor de un trazado más moderno de la ciudad que nunca mas habría sida la misma sin su intervención.
Renovó calles, palacios y las murallas tambien, promovió la fundación de institutos educativos feminino y de investigación cientifica, e introdujo en los jardines y palacios nuevas fragancias procedentes de todo el mundo.
1 árbol
...que crece desde entonces en el jardín de Villa Bottini.
La villa del siglo XVIII, entre las murallas medievales y renacentistas, tiene un gran parque como las villas de campo. Fue la primera residencia de los príncipes a la espera de que terminaran las obras del palacio del centro. En aquella época, no era habitual disponer de un espacio verde tan grande, sinónimo de lujo y opulencia, que, sin embargo, podía vislumbrarse a través de grandes ventanales en la muralla circundante.
Entre los arbustos de camelia y los rododendros crece también un gran plátano centenario, que según la historia fue plantado por la propia princesa. El plátano es el árbol más extendido en Lucca, con unos 700 ejemplares en los jardines y avenidas sobre las murallas.
1 jardin
...que es el jardín más preciado de la ciudad.
El Jardín Botánico de Lucca, creado a instancias de Élisa, pero desarrollado durante el ducado de María Luisa de Borbón junto con la Villa Reale de Marlia, era el jardín desde el que llegaban frescas semillas de plantas ornamentales de todo el mundo. Cedros, araucarias, secuoyas, y también la autóctona osmunda regalis, lirios, encinas, infinidad de camelias e incluso el árbol del cacao, el cafeto, el árbol del té. En otoño, el espectáculo del follaje dorado del centenario ginko biloba es uno de los más esperados y exitosos de la estación.
1 vestido
...que se sostiene con alfileres gracias a la habilidad de una gran costurera.
A partir de dos raras y preciosas telas de principios del Imperio de tul de seda con bordados de láminas de plata, ha confeccionado con su sola habilidad, sin utilizar tijeras ni hilo, un vestido imperial que cuelga de la suntuosa capa que ya se expone en el Museo Nacional del Palacio Mansi.
Y no era fácil, porque el ceremonial del Imperio francés dictaba normas muy precisas sobre los estilos de vestir del Emperador y de toda su corte.
1 puerta
...que es un arco de triunfo.
La Puerta Elisa se abre en las murallas renacentistas de Lucca y, según los planos, debía dar a una larga avenida que desembocara directamente en la plaza Napoleone. De este proyecto sólo quedan la Puerta Elisa, los palacios que adornan la media luna (los jardines pueden visitarse en mayo con motivo del Día de las Casas Históricas) y el largo pórtico que flanquea la Via Elisa, dedicado precisamente a la princesa. La Porta Elisa se abre de forma alusiva en dirección a Florencia, el codiciado destino de la princesa, pero también una invitación para que la ciudad salga del pasado y entre en la modernidad.
1 palacio
... que se encuentra fuera de las Murallas, pero merece la pena.
Es el parque restaurado de Villa Reale, en la época del principado sede de la corte de Élisa. En 1806, la princesa de Lucca y Piombino, Elisa Baciocchi Bonaparte, hermana mayor de Napoleón, compró la villa campestre de los Orsetti en Marlia e hizo transformar los jardines y la villa en su residencia real de verano. Una importante restauración aún en curso ha devuelto a la villa y al parque un nuevo esplendor. Un parque acogedor que es un pequeño hameu en la campiña de Lucca. Las flores que se suceden a lo largo de la bella estación, el follaje que saluda al invierno, cada momento es el mejor para pasear por las avenidas del parque o visitar los interiores de la villa, la Palazzina dell'Orologio con sus grandes casas de muñecas, el ninfeo más antiguo de Lucca.
1 fiesta
...que merece la pena esperar.
Cada año (no este año, el próximo evento es en 2022) Villa Reale acoge una gran recreación histórica de la época napoleónica. Un paso atrás en el tiempo en Villa Reale tal y como era en 1810 cuando Elisa, Gran Duquesa de Toscana, pasó allí el verano con un talentoso grupo de invitados con más de 100 recreadores históricos de todo el mundo. Juegos acuáticos, juegos de cartas, ensayos teatrales, tableaux vivantes y mucho entretenimiento.
1 tentación
...a la que no se puede resistir.
La princesa Élisa, fascinada por las nuevas especies botánicas y la alta cocina, era golosa del chocolate. En las recepciones de palacio nunca faltaba una fuente de chocolate. Sin exagerar, en las pequeñas chocolaterías del centro histórico de Lucca se pueden encontrar refinados y deliciosos souvenirs. Para los golosos que, en cambio, no quieren esperar y desean disfrutar de esta delicia a la sombra de los plátanos, el chocolate en versión helado sin cita previa en las conocidas heladerías históricas y contemporáneas: desde las vintage "Gelateria Veneta" y "Santini" hasta las contemporáneas "Coltelli", "Opera" y "Piero".