Pasar al contenido principal

RI-CONOSCERE LE MURA - El 'paseo público'

 

La transformación definitiva de las Murallas en un lugar de deleite se produjo gracias a María Luisa de Borbón, duquesa de Lucca de 1817 a 1824, que recurrió a los conocimientos del arquitecto Lorenzo Nottolini, a quien se debe también la disposición actual con el recorrido central reservado a los carruajes y dos recorridos laterales para los peatones.

La preocupación constante de María Luisa fue proteger el decoro de las Murallas, destinadas ahora a acoger el elegante paseo de carruajes y peatones. En 1819, prohibió el tránsito de carros y carretas por las Murallas, así como la introducción de caballos u otras bestias de carga en los baluartes.
Tampoco se permitía a los jinetes pasar por encima de los parapetos y los bancos. En toda la "muraglia" (murallas) no se podía practicar el juego de lanzamiento de ruedas de queso, el juego de peonza, el juego con bolas de bochas ni los juegos de pelota, ya que sólo estaban permitidos dentro de los baluartes.
Durante el día, estaba prohibido utilizar el foso que rodeaba las Murallas para "bañarse o lavarse", mientras que la prohibición de "caminar o permanecer desnudo fuera del agua" se aplicaba también por la noche.

Otras prohibiciones impedían colgar ropa y sábanas en los árboles.
El sucesor de Maria Luisa, su hijo Carlo Ludovico, continuó con esta acción protectora y en agosto de 1835 introdujo una prohibición relativa a los "pollos, gallinas u otros animales semejantes" que vagaban sin ser molestados por las cortinas, baluartes y terraplenes de las Murallas.

 

Il Pubblico passeggio - stampa   Pubblico Passeggio - ritratto di Maria Luisa di Borbone.jpg    il pubblico passeggio - polli