Desde San Pellegrino en Alpe, la Garfagnana, tierra rica en historia y parte integrante de los territorios de Matilde di Canossa.
La entrada a la Toscana está en este pequeño pueblo de los Apeninos, a 1.525 metros sobre el nivel del mar, entre bosques de hayas y pastos.
El nombre está vinculado a San Pellegrino, hijo del rey de Escocia que renunció a su trono por la vida de un peregrino. A su muerte, en el año 643, San Bianco continuó su labor de acogida de peregrinos y, unos siglos más tarde, se atribuye a Matilde di Canossa la construcción del hospicio. Junto al Santuario el Museo de la cutlura rural "don Pellegrini".
En la catedral de Barga, algunos quisieran vislumbrar el rostro de la Gran Condesa y de sus padres Beatrice y Bonifacio.
En Borgo a Mozzano y el famoso puente del Diablo sobre el río Serchio, cuya construcción quiso Matilde para que los peregrinos pudieran llegar mejor a las Termas de Lucas para refrescarse. Hacia el final de un gran itinerario, caminando entre los olivos del fondo del valle, visitando la Pieve Matildica di Diecimo y admirando las grandes vistas desde las colinas de Aquilea se llega a Lucca donde dentro de la catedral, el camino termina en presencia del Santo Rostro.
Incluso aquí, en el corince del arco norte de acceso al pórtico, algunos quieren vislumbrar un retrato de Matilde.