Nos encontramos en la Plaza de armas o Cañonera, que era el corazón del sistema defensivo de las murallas del siglo XVI: aquí se colocaba la artillería para disparar al enemigo. El Bombardero era la élite militar del sistema defensivo.
Su número creció a lo largo de los años: eran 30 en 1524, cuando se creó el Escuadrón de Bombarderos, y 225 en 1609, y recibían un salario mensual.
Pero no ofrecían ninguna garantía de eficacia: eran «más Bombarderos de nombre que de hecho». Una encuesta realizada en 1664 demostró que eran puntuales «no en el servicio, sino en el cobro de los salarios».