La plaza de San Michele es el corazón del centro histórico de Lucca, la salida natural de una intrincada maraña de calles y callejuelas procedentes de los distintos rincones de la ciudad: muchos puntos de vista diferentes según las múltiples entradas que conducen a la plaza.
Se levanta en el emplazamiento del antiguo foro romano, en la perfecta intersección de las dos vías principales: el cardo massimo (de norte a sur, correspondiente a las actuales Via Fillungo, Via Cenami y Via S. Giovanni) y el decumanus massimo (de oeste a este, las actuales Via S. Paolino, Via Roma y Via S. Croce).
Desde sus orígenes, centro del poder administrativo, político y religioso de la colonia romana, hasta el corazón de la ciudad medieval. En la Edad Media, con el desarrollo de las técnicas de elaboración y el comercio, Lucca se convirtió en la capital europea de la seda y la plaza era el lugar de paso para hacer negocios y conocer gente, en los puestos de los cambistas o en las tiendas de los comerciantes textiles. Entre la arquitectura de los edificios a ambos lados de la plaza, es fácil reconocer las casas medievales con sus arcos de medio punto y apuntados, sus paramentos de ladrillo y sus ventanas de varios cristales.
En la esquina noreste, la gran iglesia románica de San Michele in foro, cuya construcción se remonta al siglo VIII (luego modificada a su forma actual a partir de 1070 a instancias del Papa Alejandro II). En lo alto de la fachada, otra joya muy querida por los lucenses: la estatua de mármol del Arcángel Miguel, victorioso mientras atraviesa al dragón con su espada.
Durante el Renacimiento, la plaza siguió siendo el centro de la política y los negocios, como atestiguan los imponentes edificios que se levantaron en ella. En la esquina con la Via Vittorio Veneto se encuentra el Palazzo Pretorio, construido en 1492, en su momento sede del potestà y de sus oficinas judiciales; bajo la gran logia hay algunas obras de arte vinculadas a personajes luccheses famosos, como la estatua de bronce del escultor-arquitecto Matteo Civitali y el busto del explorador Carlo Piaggia. La logia del palacio acoge exposiciones de arte contemporáneo y eventos gastronómicos.
En el siglo XVIII, el pavimento de la plaza de San Michele, pavimentado con ladrillos en espiga en el siglo XV, se levantó con cuadrados de piedra gris y se rodeó de columnas de mármol unidas por cadenas metálicas. Así lo vemos todavía hoy. Desde 1863, en el centro de la plaza hay una gran estatua que representa a Francesco Burlamacchi, político de Lucca del siglo XVI, realizada por Ulisse Cambi.
También se pueden encontrar pequeños testimonios de la larga historia de este lugar en los antiguos rótulos de las farmacias de principios del 900, las joyerías, los cafés (que se mantienen aunque hoy vendan otro tipo de mercancía) o los putti de estilo Art Nouveau sobre los escaparates de las tiendas del lado sur de la plaza.
El hombre de las bolas de jabón en la plaza de san michele
piazza san michele después de la lluvia
Monumento a Francesco Burlamacchi
las cadenas de la plaza san michele
Las palomas de san Michele
El cielo sobre la plaza san MIchele
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