Desde el pequeño"tempietto di valle", que contiene la cisterna de decantación, un sendero recorre el acueducto hasta el Monte Pisano cruzando la campiña al sur de Lucca, atravesando los canales Ozzeri y Rogio y atravesando el bosque Verciano, un bosque natural de alisos, sauces y olmos, uno de los pocos bosques espontáneos que quedan en la llanura de Lucca.

Detrás de la estación de ferrocarril de Lucca comienza, o mejor dicho termina, el acueducto de Nottolini, que corre bajo tierra desde aquí hasta el centro de la ciudad para proveer de excelente agua potable a las fuentes del centro histórico. Fue el mismo arquitecto que no quiso "atacar el imponente edificio de las murallas renacentistas, deteniendo los arcos del acueducto justo antes.

413 arcos, un monumento en el campo, se suceden durante unos tres kilómetros hasta llegar a las laderas del Monte Pisano. Aquí, otro pequeño templo/cisterna marca el punto donde el acueducto vuelve a correr bajo tierra y entra en el bosque hasta llegar a la zona de los manantiales.  En un pequeño puente cerca de los manantiales una inscripción conmemora la fecha de finalización de las obras, 1836, y el promotor, Carlo Ludovico di Borbone. Todo el mundo en Lucca conoce este lugar como "las palabras de oro". El agua de estos manantiales, una de las mejores aguas oligominerales de la zona, preferida por muchos habitantes de Lucca a la de muchas botellas.

Si en cambio ha recorrido el camino de las fuentes al centro histórico de Lucca, un breve recorrido por las fuentes es esencial para concluir el itinerario. En la Piazza Antelminelli la pila baja rodeada de pilares, en la Piazza del Salvatore la hermosa fuente de la Náyade y, a lo largo de la via dei fossi, las dos fuentes diseñadas por el mismo Lorenzo Nottolini.