El día es Ferragosto (dia de medio verano) y la meseta es el Altopiano delle Pizzorne. Un gran clásico del verano en la Piana di Lucca, un destino popular para turistas y locales en los calurosos domingos de julio y agosto y, para los más afectos, una cita ineludible en el día cumbre del verano.
Los lugareños la llaman "Pizzorna", pero su nombre correcto es "Le Pizzorne". Es una meseta de los Apeninos toscano-emilianos que alcanza los mil metros de altura. Su suave perfil es una corona que rodea el territorio al norte de la Piana di Lucca, una gran terraza verde que domina llanuras y valles, con el inconfundible Monte Pisano al frente y magníficas vistas del Valle del Serchio, los Alpes Apuanos y los Apeninos.
Una ruta que se remonta a un antiguo camino de historia, arte, espiritualidad y naturaleza.
A la meseta de Pizzorne se llega fácilmente en coche desde Matraia (Capannori) o desde Villa Basilica. Los más deportistas y entrenados pueden afrontar la tortuosa subida en bicicleta o en BTT.
Hoy en día, los peregrinos pueden llegar al Pizzorne a pie, siguiendo la ruta histórica que recuerda el antiguo Cammino di Santa Giulia, un tramo exigente pero agradable que ofrece pequeñas sorpresas en términos de arte y arquitectura a lo largo del camino, cada vez que se encuentran con iglesias románicas e iglesias parroquiales que dan testimonio de la larga historia de estos lugares.
Relajantes picnics y salidas al campo
Una gran pradera verde rodeada de bosques acoge a los senderistas y veraneantes por igual y, a la sombra de los árboles, se puede buscar el mejor lugar para un descanso en la naturaleza.
Si lo que busca es pasar un día de fiesta en agosto como los lugareños, encontrará mesas montadas, barbacoas, hamacas suspendidas entre troncos, cuadros de colores en el césped e incluso tiendas de campaña donde los jóvenes y aventureros pasan las noches.
El aire es fresco incluso en los días más calurosos y siempre es una buena idea llevar una chaqueta ligera o un jersey.
Los domingos de verano se puede comprar queso, miel, frutas y verduras y otros productos locales en los mercadillos y mercados agrícolas.
La zona es rica en excelente agua de manantial y en la gran fuente de piedra cercana a la iglesia de los SS. Crocifisso siempre hay gente esperando su turno para llenar botellas y frascos.
Si los picnics no son lo suyo, está el legendario restaurante "Prato", donde podrá degustar fantásticos crostini toscanos y los típicos "tordelli", o el sabroso salviato di Villa Basilica.
Paseos, excursiones, vistas y un toque de adrenalina
La meseta de Pizzorne es el punto de partida de una serie de senderos señalizados que conducen a los pueblos cercanos de Boveglio, Corsagna, Valgiano, San Pietro a Marcigliano, Sant' Andrea in Caprile, Tofori, Petrognano, pequeñas aldeas con callejones estrechos y casas de piedra, rodeadas de castaños centenarios y bosques de coníferas, iglesias y parroquias, así como villas y granjas que producen un excelente vino DOC y aceite de oliva virgen extra.
Las caminatas más exigentes alcanzan las cimas de Scarpiglione, Pietra Pertusa y Gromigno, a lo largo de senderos, caminos de herradura y pistas de carros inmersos en bosques atravesados por arroyos de cuento.
Maravilla pero también misterio en Pietra Pertusa, donde aún se pueden ver los restos de un antiguo dolmen construido por los pueblos que habitaron estas tierras entre el quinto y el tercer milenio antes de Cristo. Desde la cima de la colina de Pietra Pertusa, la vista domina las suaves colinas de los Apeninos y los escarpados Alpes Apuanos al norte. Al sur, más allá del Monte Pisano, la costa y el brillante horizonte del Mar Tirreno.
Si estás en compañía de "jóvenes aventureros", prolonga un poco el camino y llega al Parco Avventura "Sospeso nel Verde".
Le esperan pasarelas, cuerdas, puentes tibetanos y poleas. Alturas de hasta 40 metros e impresionantes saltos a través de los árboles de más de 200 metros, 14 recorridos acrobáticos de diferente dificultad pero todos con total seguridad.
Villa Basílica: el pueblo, la iglesia parroquial, la fortaleza.
Al final del día, antes de que caiga la noche, los que aún quieran explorar lugares menos conocidos o mirar lo ya visto con nuevos ojos pueden llegar a la Villa Basílica.
Santa Maria Assunta es la patrona y la iglesia está obviamente dedicada a ella. El día de Ferragosto es la mejor oportunidad para pasear por las callejuelas y plazas. Las dos joyas más preciadas de la iglesia son el crucifijo del siglo XIII sobre el altar mayor y la impresionante cripta prerrománica del siglo VI.
Mirando al cielo, por encima del pueblo, otra agradable sorpresa. Los restos de la antigua y poderosa Rocca, que se pueden admirar desde abajo o alcanzar a pie. Incluso desde aquí, el panorama del verde valle y del pueblo desde arriba no decepciona.
¡Feliz Ferragosto!
